La lactancia natural es una forma sin parangón de proporcionar
un alimento ideal para el crecimiento y el desarrollo sanos de los
lactantes; también es parte integrante del proceso reproductivo, con
repercusiones importantes en la salud de las madres.
Como recomendación
de salud pública mundial, durante los seis primeros meses de vida los
lactantes deberían ser alimentados exclusivamente con leche materna para lograr un crecimiento, un desarrollo y una salud óptimos.
A partir de ese momento, a fin de satisfacer sus requisitos
nutricionales en evolución, los lactantes deberían recibir alimentos
complementarios adecuados e inocuos desde el punto de vista nutricional,
sin abandonar la lactancia natural hasta los dos años de edad, o más
tarde. La lactancia natural exclusiva puede practicarse desde el
nacimiento, salvo el caso de algunas afecciones médicas, y si se
practica sin limitaciones, propicia una abundante producción de leche.
Estrategia mundial para la alimentación del lactante y del niño pequeño
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